La utilización de plantas nativas para la ornamentación representa una oportunidad para fusionar la estética paisajística con la preservación del entorno autóctono. Existe una gran diversidad de especies con un gran atractivo que se podrían combinar para crear jardines y espacios que resalten la diversidad biológica, ya que estas plantas generan gran atractivo para polinizadores como avispas, mariposas, abejas, picaflores y demás aves, promoviendo la conservación de la biodiversidad.

Aunque se tome como referencia el ecosistema de las sierras de Córdoba, Argentina, este concepto puede aplicarse con éxito a cualquier otro entorno o región. Las variadas condiciones climáticas y paisajísticas suelen albergar una amplia diversidad de flora autóctona adaptada a sus particularidades.

La decisión deliberada de integrar plantas nativas en la ornamentación no solo atiende a criterios estéticos, sino que también conlleva beneficios ecológicos significativos y, en muchos casos, funcionales.
En primer lugar, las plantas nativas están adaptadas a las condiciones climáticas y del suelo de la región, lo que las hace más resistentes y requiere menos intervención humana para su mantenimiento. Esto no solo reduce la necesidad de riego y fertilizantes, sino que también fomenta la creación de paisajes más sostenibles y resistentes a condiciones climáticas extremas.
Además, la utilización de plantas autóctonas contribuye a la conservación de la fauna local al proporcionar hábitats y fuentes de alimento para insectos, aves y otros animales nativos. La interacción entre la flora y la fauna autóctona crea un equilibrio ecológico que es esencial para el mantenimiento de la biodiversidad y el bienestar de los ecosistemas locales.
En términos estéticos, las plantas nativas ofrecen una amplia gama de colores, formas y texturas que pueden adaptarse a diversos estilos de diseño paisajístico. Desde los atractivos tonos de las flores nativas hasta la elegante simplicidad de las plantas autóctonas de hojas perennes, la ornamentación con especies locales permite crear espacios atractivos y únicos que reflejan la identidad y la belleza natural de cada región.

La elección consciente de utilizar plantas nativas en la ornamentación no solo embellece los entornos locales, sino que también fortalece el vínculo entre la comunidad y su entorno natural. Fomentar la apreciación y el conocimiento de las plantas autóctonas contribuye a la educación ambiental y promueve prácticas sostenibles entre los habitantes de diferentes regiones. En definitiva, la incorporación de plantas nativas en la ornamentación se presenta como una decisión que no solo embellece, sino que también preserva y enriquece la identidad y la salud ambiental de cada lugar.